miércoles, 4 de diciembre de 2013

El oficio de escritor es muy difícil



Lee el siguiente fragmento del libro de Howard Mittelmark & Sandra Newman. “Cómo no escribir una novela.

“Por qué el oficio de escritor es más difícil que el de Dios
«¡Pero si esto le pasó de verdad a un amigo mío!»
En la vida real no importa lo inverosímil que sea un hecho —la coincidencia de que William Shakespeare y Miguel de Cervantes murieran en la misma fecha del año 1616, o de que a un hombre le alcance un rayo cinco veces—; si ese hecho ha sucedido, nadie se plantea si podría haber ocurrido o no. Nuestra credulidad no se ve puesta a prueba hasta el punto de que dejemos de vivir en este mundo y vayamos a buscar otro más convincente. Por eso Dios puede trabajar con las coincidencias más enrevesadas, las intrigas más rocambolescas y dramáticas paradojas de lo más perversas, sin pararse nunca a pensar si su público le comprará la idea o no. Un escritor no cuenta con ese lujo.
Cuando un escritor propone un hecho inverosímil, se lo compramos o no dependiendo de si ha logrado crear un mundo en el que ese hecho está interrelacionado con todo lo que le rodea, de forma que al lector se le presenta como algo que muy bien puede suceder. Los golpes de la fortuna inesperados no surgen de la nada: uno descubre ese maletín lleno de dinero debido a una cadena de hechos que han provocado que ese maletín esté en el armario de la habitación de nuestro hotel.
Lo que a los personajes les puede parecer una suerte increíble debe parecerle al lector algo inevitable. El escritor nos debe conducir de tal forma  que podamos entender que un personaje se comporte de una forma en particular teniendo en cuenta cómo es, y ese personaje no puede alterar su conducta para hacer algo que sólo le conviene al autor.


Los golpes de buena suerte inesperados y las coincidencias increíbles pueden emplearse si la novela ya trata de eso. Un personaje cuyos problemas se resuelven milagrosamente cuando encuentra una bolsa llena de billetes sin marcar será acogido por el lector de una forma muy distinta a un personaje cuyos problemas empiezan justo cuando encuentra ese dinero.
Por eso, en una buena novela, el autor se esfuerza por encontrar un equilibrio entre lo creíble y lo imprevisible: cuanto más inverosímil sea un hecho, más anclado y profundamente integrado debe estar en los capítulos precedentes. Sobre todo, un escritor no debe dar por descontado que un hecho de su novela es creíble por la sencilla razón de que «realmente, eso es lo que le pasó a un amigo mío».”

Pasaje de: Howard Mittelmark & Sandra Newman. “Cómo no escribir una novela.” iBooks. 
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ACTIVIDAD:

Localiza varias ilustraciones para poder aplicar a este texto, y explica en el BLOG su eficacia a la hora de transmitir las ideas del autor.

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